jueves, 4 de julio de 2019

¿Realidad Venezolana?


¿Quién tiene el derecho de calificar una crisis humanitaria?
By: Wilfredo Chau
w.chau@iricas.org
No entendí en esos momentos el por qué sentí una gran nostalgia al momento que el avión despegó, más aún al escuchar que los neumáticos de la aeronave dejaban de rodar sobre la pista del aeropuerto de Maiquetía Simón Bolívar, dejando atrás como pasado mi agenda de trabajo: derecho propio de pueblos indígenas y jurisdicción ancestral, y desde otra arista temática en otro espacio mi trabajo sobre los juegos, juguetes y deportes autóctonos tradicionales ambos atendidos en este bello país.
© Wi Cha  
Información del Ministerio de Salud de Venezuela
Dejando detrás, quedo esa Venezuela, la bolivariana, la de la quinta república, la controversial, aquella que es tema de debate político mundial diariamente, el centro de discusión sobre el futuro de la economía regional en Latinoamérica, la que está en todos los titulares de noticias a nivel mundial, esa que se encuentra ahora en medio de la tormenta, el país de los discursos políticos agotadores, aquella de los debates polarizados, la del espíritu socialista, aquella con calles cargadas de interminables conversaciones sobre la economía nacional. 

La Venezuela de los sueños, de los retos, la rebelde, la orgullosa por su pasado económico, la política, la analítica sobre temas de filosofía política, aquella de los movimientos sociales y de aquellos miles de ciudadanos preocupados de la realidad caribeña y suramericana; aquella que a pesar de todo aun sin darse cuenta se va alejando su propia realidad.
© Wi Cha - Plaza Bolívar de Caracas
Aquel país que tiene conciencia, de que se puede cambiar las utopías, derrotar a los gigantes, y con toda esa vitalidad pretendiendo proteger y cuidar a los más débiles, y a los más pequeños.

Desconozco si en realidad todo esto descrito anteriormente es producto del pensamiento bolivariano y/o del chavismo como filosofía política. No deseo definir si es un país de derecha o de izquierda, no pretendo identificar quienes son maduristas, guaidoistas, chavistas o caprilistas, porque he tenido la bendita suerte de conocer en esta tierra gente de todas las sangres, de todos los colores y de toda condición económica; conociendo al pueblo venezolano y a sus pueblos, interactuando con los grupos étnicos ancestrales, negros y afro venezolanos y con inmigrantes occidentales y hasta asiáticos. Me he enriquecido como persona y humano con artesanos artesanas, con jueces y magistrados, con artistas, con transportistas y taxistas, ambulantes, abogados, empleados del gobierno bolivariano, con alcaldes, diputados, cantores y músicos, bailarines y danzantes, poetas, profesores y docentes, universitarios, lancheros y motoristas, diplomáticos y cancilleres, con coronel de la armada bolivariana, con investigadores y estudiantes de derechos, empresarios e inversionistas, lindas mujeres trabajadoras comunales, cocineros y cocineras; jóvenes encontrando su propia identidad, niños y niñas (carajitos) por todas partes y respetables adultos mayores con quienes trate directamente.
© Wi Cha - Estudiantes de Arte de UNEARTE
© Wi Cha - Artesano Fran Gazzotti y el carrito Bon Sai




© Wi Cha - Hermosa Mujer del Pueblo de Tarmas
Deseo expresar claramente que todas y todos, absolutamente cada uno de los mencionados son grandes personas, si hubiera otra palabra más que expresar digo: excelentes personas cada una y uno.  

Un indígena quechua qué ha caminado por este hermoso territorio venezolano: La Guaira, Distrito Capital “Caracas”, Aragua, Falcón, Carabobo, que gracias a mis ancestros una vez más supo guiarme y planificar para mí, encuentros con personas de buen corazón y sano trato; pienso sin ánimo a equivocarme; que el caminar desde las laderas pobladas de rancherías hasta las colinas de urbanizaciones, desde las ciudades hasta las parroquias y sus pueblos hermosos y pacíficos; y por supuesto el caminar por  la Cuna del Libertador, Caracas!.
© Wi Cha - Una mañana en la Guaira
Aquel Distrito Capital, con edificios centenarios del siglo pasado qué ha acogido en sus estructuras gubernamentales hasta el momento a diferentes pensamientos políticos que con el tiempo han gobernado. No pretendo calificar o descalificar las ideologías políticas de esta gran nación, donde se han tomado buenas y malas decisiones desde sus perspectivas con un sólo fin: beneficiar y proteger al pueblo venezolano desde sus posiciones filosóficas.

Si es revolución o no es revolución, no es mi tarea evaluar, no tengo investidura para catalogar la situación socio política actual de este gran territorio venezolano, de este gran país.

Pero si puedo dar fe, sin temor a equivocarme, que Venezuela esta dolida y a la vez preocupada por su situación interna, sin importarle la opinión externa que se pretenda vender por inescrupulosos en el extranjero.
© Wi Cha - Mercado de verduras en Valencia
La gran Venezuela, aquella de la que todos sus conciudadanos se sienten orgullosos por la gran memoria histórica que sustentan por sus recuerdos y que hoy se encuentra luchando consigo misma para que no sea desvanecida  su grandeza.

Soy testigo de los rostros de preocupación, pero a su vez también, soy fedatario de las sonrisas que todos los días en mi estadía, demostraron compartiendo esa calidez que brota de ellos en esta hermosa tierra. Nostalgias y recuerdos de una revolución positiva para todas todos en general he palpado día a día, desde los oficialistas hasta los que pretenden ser opositores, configurándose una polaridad social gestando sin querer inconscientemente almas de rivales.
© Wi Cha - Terminal de pasajeros La Bandera en Caracas
Por todo esto descrito, por lo vivido estas dos semanas, me permito escribirles con respeto a todas todos los hermanos venezolanos en general, que brotan estas líneas desde lo profundo de mi corazón, no se rindan ni un sólo día; para los de arriba y los  de abajo no pretendan disociarse porque todos y cada uno de ustedes se necesitan para no dejar desvanecer ese orgullo venezolano del sitial que ostentaban en el continente; sea la derecha, la izquierda o del centro queda en manos solo de ustedes la tarea de crear su fórmula de sanación, armar su Dream Team, es obligación de todas y todos para levantar con orgullo su bandera y demostrar a todo el mundo que ustedes son lo mejor como venezolanos y lo máximo como Venezuela  cuando están unidos.

No se siembren odios externos, no busquen culpables por intención de terceros ajenos, pónganse esa camiseta de vino tinto y caminen juntos para recuperar el respeto que se merecen como personas, como pueblo y como país, lo escribe sanamente un indígena peruano qué no busca un color político en su país, más si un interés ulterior: las condiciones diversas de las personas que por derecho eligen; además de un interés superior como humanos: respetando sus propias diferencias culturales, económica y especialmente las políticas.

GRACIAS A TODA VENEZUELA!